El arte callejero no suele caracterizarse por ser explícito o fácil de entender. Quienes producen estas obras buscan que el transeúnte se detenga, se plantee a sí mismo qué está viendo e interprete lo producido; sea una imagen o una frase. Sin dudas esto sucede con los grafitis “no me baño”, que se encuentran en diversos puntos de la provincia e inevitablemente llaman la atención de los tucumanos.
“Esta movida algo quiere decir; debe ir en oposición al conformismo o realidades sociales que no comparten, no necesariamente que no se bañan. Tienen un lenguaje metafórico con el que están expresando una idea que los identifica”, considera Roxana Laks, socióloga y magister en Sociología Aplicada,
Qué implica bañarse
“Bañarse es una convención que tiene que ver con la higiene y con la relación social con los otros. Si yo no me baño, estoy yendo en contra de algo que tiene que ver con un acuerdo de qué es lo que hay que hacer. Todos sabemos que tenemos que bañarnos, por una cuestión de salud y por un contrato social que requiere cierta limpieza. De alguna forma hay quienes se identifican con esta frase. Bueno, yo no me baño, pero no es solamente porque no me gusta mojarme. Es sumarme a una idea que va en contra de alguna convención social y me representa”, agrega.
Crítica
Raúl Arué, magister en Sociología Aplicada (UNT) y licenciado en Sociología (UBA), asevera que con todo grafiti se busca criticar los espacios tradicionales de expresión artística. “Tomar la calle como un ámbito de expresión artística va, en cierto modo, en contra de la idea de que el arte solamente está en aquellos lugares destinados, por los representantes de la alta cultura, como espacios dónde se debe mostrar la obra artística. Del mismo modo que los pintores no eran aceptados por los salones dónde se mostraban las pinturas y hacían exposiciones paralelas en salones que no eran de la elite, también se puede tomar la calle como una forma de expresar un discurso artístico que va en contra de lo que es aceptado, o lo que forma parte de la cultura aceptada por la sociedad como forma de expresión artística”, expone.
Búsqueda de significado
Los “no me baño”, ahora recubren antiguas fachadas, carteles, o cualquier espacio que pueda ser pintado, siempre desde el anonimato. Según el especialista, esto les permite hacerse visibles: “si uno pasa por la calle y ve un grafiti que dice ‘no me baño’ uno se pregunta: ‘¿Qué habrán querido decir?’ No es lo mismo si ves un cartel que dice ‘soy de Atlético’, que uno inmediatamente lo ubica dentro de lo común, de lo normal y lo olvida. Con estos hay una cuestión que apela a esta búsqueda de significado. Algo que puede parecer extraño, que no se puede ubicar dentro de la normalidad rápidamente y entonces hace pensar. Puede ser que a partir de eso intenten tomar cierta entidad en lo social”, acota.